Algunos expertos creen que el origen de las piedras de nacimiento se remonta a la Biblia. En Éxodo 28, Moisés establece instrucciones para confeccionar prendas especiales para Aarón, el sumo sacerdote de los hebreos. En concreto, el pectoral debía contener doce piedras preciosas, que representaban a las doce tribus de Israel.

En la versión hebrea de la Biblia, se menciona una piedra preciosa diferente para cada una de las doce tribus de Israel. En la primera fila, se mencionan cornalina, crisólito (peridoto) y esmeralda; en la segunda fila, turquesa, zafiro y amatista; en la tercera fila, jacinto (circón rojo), ágata y cristal; en la cuarta fila, berilo (aguamarina), lapislázuli y jaspe.

En la versión de la Biblia cristiana, en la primera fila están Sardio (Cornalina), Topacio, Carbunclo (Granate); en la segunda fila, Esmeralda, Zafiro, Diamante, en la tercera fila está Ligure (Lapislázuli), Ágata, Amatista, y en la cuarta fila está Berilo (Aguamarina), Ónix y Jaspe.

El historiador judío del primer siglo, Josefo, creía que había una conexión entre las doce piedras del pectoral de Aarón (que simbolizan las tribus de Israel, como se describe en el Libro del Éxodo), los doce meses del año y los doce signos del zodíaco.

No sabemos quién tiene razón, pero nos encanta el pectoral de piedras Hoshen.